Aristófanes
https://www.youtube.com/watch?v=B-551oOZ81g
(Atenas,
450 a.C.-id., 385 a.C.) Comediógrafo griego. Poco se sabe sobre su vida, tan
sólo algunos detalles extraídos de su obra, de la que se conserva una cuarta
parte. Fue un ciudadano implicado en la política ateniense: participó en las
luchas políticas para la instauración del Partido Aristocrático y, desde sus
filas, mostró su desacuerdo con la manera de gobernar de los demócratas. Se
opuso a la guerra del Peloponeso, porque llevaba a la miseria a los campesinos
del Ática, en una guerra fratricida que denunció sobre todo en Lisístrata.
Su postura
conservadora le llevó a defender la validez de los tradicionales mitos
religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica.
Especialmente conocida es su animadversión hacia Sócrates, a quien en su
comedia Las nubes presenta como a un demagogo dedicado a inculcar todo tipo de
insensateces en las mentes de los jóvenes. En el terreno artístico tampoco se
caracterizó por una actitud innovadora; consideraba el teatro de Eurípides como
una degradación del teatro clásico.
De sus
cuarenta comedias, nos han llegado íntegras once, que son además las únicas
comedias griegas conservadas; es difícil, por tanto, establecer el grado de
originalidad que se le atribuye como máximo representante de este género. Sus
comedias se basan en un ingenioso uso del lenguaje, a menudo incisivo y
sarcástico, y combinan lo trivial y cotidiano con pausadas exposiciones líricas
que interrumpen la acción. Constituye ésta una fórmula personal, que nunca ha
sido adaptada, ni por los latinos ni durante el Renacimiento.
Aristófanes
debutó siendo aún muy joven, en el año 427, con Los convidados; en el 426
presentó Los babilonios, donde atacaba la política de Cleonte, lo que le valió
un proceso. Ambas obras se encuentran hoy perdidas. En el siglo V era costumbre
que el autor asumiera también la función de instructor del coro y encargado de
la puesta en escena (corodidáscalo). Pero también podía ocurrir que otra
persona se ocupara de esa tarea y figurara entonces con su nombre en las actas
de las fiestas. Por esta razón estas dos piezas aparecen atribuidas a
Calístrato.
La primera
comedia que dirigió el propio Aristófanes fue Los acarnienses (425), que es
también la más antigua que se conserva de él. En ella, el campesino ático Diceópolis,
harto de la guerra del Peloponeso, que dura ya seis años, decide concluir por
su propia cuenta la paz con los espartanos y encarga que le envíen de Esparta
una paz privada de treinta años en forma de una exquisita bebida, llevando así
una alegre vida pacífica en medio de los horrores de la guerra.
Esta
fantasía cómica antimilitarista es de una endiablada jocundidad, plena de
pasajes divertidos. En Los caballeros (424), los nobles y ricos jóvenes de la
élite conservadora, que forman parte del coro, atacan duramente al demagogo
Cleonte, que aparece representado en el pícaro esclavo que engaña a su anciano
amo. El tono de esta comedia es tan áspero que Cleonte, quien con su acusación
a raíz de Los babilonios no había logrado intimidar a Aristófanes, intentó otro
proceso contra él.
En Las
nubes (423), representada en las Grandes Dionisíacas, Aristófanes avanza en
otra dirección satirizando en la figura de Sócrates a la nueva filosofía y a
los nuevos métodos de educación. La obra debe su nombre al coro integrado por
nubes, creación poética muy compleja cuyo primer canto, según Albin Lesky,
"pertenece a lo más hermoso de la poesía griega".
El tema de
Las avispas (422) es la manía de los atenienses por los pleitos y procesos ante
los tribunales. Se desarrolla entre jocosas escenas, como la del proceso casero
contra un perro, acusado de haber robado un queso. Su título alude al coro de
viejos jueces populares, caracterizados como avispas provistas de grandes
aguijones. En esta pieza, imitada por J. Racine, vuelve a aparecer la
problemática de la relación padre e hijo, presente en Los convidados y en Las
nubes.
Con La paz
(421), el comediógrafo retoma otro argumento que le era grato, desarrollándolo
con más serenidad y comicidad que en Los acarnienses: el viñador Trigeo sube al
cielo para liberar a la Paz, prisionera en la caverna de Pólemos (la guerra).
Las aves (414), que según algunos críticos es la obra maestra de Aristófanes,
combina la más audaz fantasía con la más delicada poesía; describe la evasión de
dos atenienses al reino de los pájaros, donde establecen, entre cielo y tierra,
una nueva ciudad ideal y llegan a sustituir a los dioses en el gobierno del
mundo. En Las tesmoforiantes (411), las atenienses proyectan, durante las
Tesmoforias (festividad que celebraban las mujeres en la época de la siembra
con la rigurosa exclusión de los hombres), tomar represalias contra Eurípides,
su difamador.
Lisístrata
(411) varía el tono con respecto a las comedias precedentes: si antes se
hablaba primordialmente de las penurias de la guerra y se criticaba con dureza
a quienes se aprovechaban del sufrimiento colectivo, Lisístrata muestra un
espíritu conciliador. Su argumento narra la decisión de todas las mujeres,
atenienses y espartanas, de hacer huelga conyugal hasta la consecución de la
paz. Las ranas (405), cuyo coro está formado por renacuajos de la laguna
Estigia, presenta a Dionisos, quien, habiendo bajado al Hades para hacer volver
a la vida al trágico Eurípides, se decidirá, al fin, por revivir a Esquilo.
Al igual
que en Lisístrata, en Las asambleístas (392) las mujeres traman una revuelta:
hartas de la deficiente administración masculina, deciden hacerse cargo del
gobierno y se introducen embozadas en la Asamblea de los hombres para conseguir
la aprobación de las decisiones correspondientes. La última obra de Aristófanes
de la que se tiene noticia es Pluto, pieza representada por su propio autor en
el año 388. Su argumento gira en torno a la restitución de la vista a Pluto,
dios de la riqueza, cuya ceguera es responsable de la triste situación del
mundo.
Pese a ser
un autor muy admirado, Aristófanes ejerció muy poca influencia. Mayor arraigo
tuvo entre los escritores latinos la Comedia Nueva, a cuyo esquema se remitió
posteriormente la gran mayoría de los autores europeos que buscaban sus modelos
en la Antigüedad clásica. La cultura alemana, en cambio, a partir del Sturm und
Drang, demostró una mayor consideración y comprensión del valor de su obra.
Obras
Los
acarnienses, 425 a. C.
Los
caballeros, 424 a. C.
Las nubes,
423 a. C.
Las
avispas, 422 a. C.
La paz, 421
a. C.
Las aves,
414 a. C.
Lisístrata,
411 a. C.
Las
Tesmoforias, 411 a. C.
Las ranas,
405 a. C.
Las
asambleístas, 392 a. C.
Pluto, 388
a. C.
GIFS
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Asamblea de mujeres.
https://www.youtube.com/watch?v=5ds0i8xzaus
Parece probable
que esta comedia se representara en el 392 aC, pero no lo sabemos con
seguridad, ni tampoco conocemos el concurso concreto, ni quiénes eran sus
competidores, ni qué puesto obtuvo.
Para el tiempo
en que fue escrita, la gloria de Atenas era sólo parte del pasado: no sólo
había sido vencida en la larga guerra contra Esparta, sino que además sus
alianzas con otras ciudad contra la hegemonía lacedemonia también habían
resultado en sendos fracasos (Coronea y Nemea). Los ciudadanos atenienses,
otrora activísimos políticamente, habían perdido el interés por los asuntos
públicos y cada uno ponía su atención sólo en los propios asuntos. Se llegó
incluso a fijar un sueldo por asistir a las sesiones de la Asamblea Popular,
pero el dinero únicamente atraía a los que lo necesitaban para comer, gente
poco preparada e incapaz de tomar medidas importantes.
Aristófanes
exagera esta situación, creando así el ambiente propicio para la creación de
una asamblea de mujeres: hartas de contemplar el declive de la ciudad, las
atenienses toman el poder (como ya hicieran en Lisístrata). Todos los
personajes (salvo alguna mención a un demagogo de la época) son tipos
populares, gente anónima, lo cual representa el imparable tránsito de la
Comedia hacia formas menos comprometidas que, a través de la Comedia Nueva y
del teatro romano, llegará al teatro moderno occidental. El coro, por su parte,
se ha reducido a dos intervenciones poco imbricadas en la trama: el público no
gustaba ya de canciones, sino que prefería la acción.
El argumento es
el siguiente:
Las mujeres de
Atenas, con ocasión de una fiesta religiosa en la que pueden salir de casa
disfrazadas de sus maridos, han decidido acudir a una sesión ordinaria de la
Asamblea con la intención de suplantarlos. Antes de esto se reúnen cerca de la
casa de Praxágora. Allí, diversas oradoras fallan al intentar ocultar su
condición femenina al caer en los errores tópicos de su sexo (el gusto por
cardar lana, la afición a la bebida). La propia Praxágora será finalmente la
que hable en nombre de todas, tal y como practica frente a sus compañeras.
Así pues,
pongamos en sus manos el gobierno y basta ya de charla. Y no intentemos
enterarnos de qué piensan hacer, sino, sencillamente, dejémoslas gobernar,
teniendo en cuenta tan sólo esto: en primer lugar, que por ser madres desearán
ardientemente preservar a los soldados; además, ¿quién les enviaría provisiones
antes que la madre que los parió? Para sacar dinero nadie más listo que las
mujeres, y una vez en el poder no se dejarán engañar nunca, porque ellas están
muy acostumbradas a engañar. ¿Para qué seguir?
Parte el coro
de mujeres hacia la Pnix. Mientras tanto, Blépiro, el marido de Praxágora,
necesita ir al baño y, vestido con las ropas de su mujer (quien se ha llevado
las suyas), se queja ante un vecino de su desdichada situación de hombre
casado. Después de quedar un rato solo, encuentra a otro vecino, Cremes, que
llegó tarde a la Asamblea pero logró presenciar lo que se decidió.
Entregarles el
gobierno, desde luego, pues se pensó que eso era lo único que aún no se había
intentado en la ciudad.
Regresa el
coro, tratando de no ser descubierto por los maridos. Entre ellas aparece
Praxágora, y tiene lugar el agón o disputa, con la mujer respondiendo a las
objeciones de Cremes y Blépiro haciendo el papel de bufón. Finalmente los dos
hombres aceptan el programa político del nuevo gobierno: una comunidad total
que afectará a bienes y personas. Se suceden a continuación las consabidas
escenas episódicas que ilustran las consecuencias. En la primera discuten Cremes
y un ciudadano (individualista y algo sofístico) a quien van a arrebatar los
bienes para llevarlos al depósito común, pero que se niega a hacerlo, aunque es
el más dispuesto a participar en el banquete común de esa noche. En la segunda,
un joven calavera acude a un barrio de mala fama para buscarse una prostituta
de pocos años, pero se ve acosado por tres viejas que reclaman su derecho de
prioridad debida a la comunidad de personas.
Cierran la
obra el banquete, al que están invitados todos los presentes si cada cual se
procura su cena, y la petición del voto favorable a los jueces.
Representaciones
https://www.youtube.com/watch?v=pplbnPCNSFQ
https://www.youtube.com/watch?v=mp2Igq8tbKE
https://www.youtube.com/watch?v=JhCe9kdHGUA
https://www.youtube.com/watch?v=CPIrlXmC2hw
https://www.youtube.com/watch?v=L2O-beTN3no
https://www.youtube.com/watch?v=6A3o9DJ3qIA
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