Sofócles
https://www.youtube.com/watch?v=_LtWZ2KVsBc
Vida y
obra
(Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia,
495 a.C.-Atenas, 406 a.C.) Poeta trágico griego. Hijo de un rico armero llamado
Sofilo, a los dieciséis años fue elegido director del coro de muchachos para celebrar
la victoria de Salamina, en el año 480 a. C., donde también participó Esquilo
como combatiente y el mismo año que nació Eurípides. En el 468 a.C. se dio a
conocer como autor trágico al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se
celebraba anualmente en Atenas durante las fiestas dionisíacas, cuyo dominador
en los años precedentes había sido Esquilo.
Comenzó así
una carrera literaria sin parangón: Sófocles llegó a escribir hasta 123
tragedias para los festivales, en los que se adjudicó, se estima, 24 victorias,
frente a las 13 que había logrado Esquilo. Se convirtió en una figura
importante en Atenas, y su larga vida coincidió con el momento de máximo
esplendor de la ciudad.
Amigo de
Herodoto y Pericles, no mostró demasiado interés por la política, pese a lo
cual fue elegido dos veces estratego y participó en la expedición ateniense
contra Samos (440), acontecimiento que recoge Plutarco en sus Vidas paralelas.
Su muerte coincidió con la guerra con Esparta que habría de significar el
principio del fin del dominio ateniense, y se dice que el ejército atacante
concertó una tregua para que se pudieran celebrar debidamente sus funerales.
De su enorme
producción, sin embargo, se conservan en la actualidad, aparte de algunos
fragmentos, tan sólo siete tragedias completas: Antígona, Edipo Rey, Áyax, Las
Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colona y Electra. A Sófocles se deben la
introducción de un tercer personaje en la escena, lo que daba mayor juego al
diálogo, y el hecho de dotar de complejidad psicológica al héroe de la obra.
En Antígona
opone dos leyes: la de la ciudad y la de la sangre; Antígona quiere dar
sepultura a su hermano muerto, que se había levantado contra la ciudad, ante la
oposición del tirano Creonte, quien al negarle sepultura pretende dar ejemplo a
la ciudad. La tensión del enfrentamiento mantiene en todo momento la
complejidad y el equilibrio, y el destino trágico se abate sobre los dos, pues
también a ambos corresponde la «hybris», el orgullo excesivo.
Edipo rey es
quizá la más célebre de sus tragedias, y así Aristóteles la consideraba en su
Poética como la más representativa y perfecta de las tragedias griegas, aquella
en que el mecanismo catártico final alcanza su mejor clímax. También es una
inmejorable muestra de la llamada ironía trágica, por la que las expresiones de
los protagonistas adquieren un sentido distinto del que ellos pretenden; así
sucede con Edipo, empeñado en hallar al culpable de su desgracia y la de su
ciudad, y abocado a descubrir que este culpable es él mismo, por haber transgredido,
otra vez, la ley de la naturaleza y de la sangre al matar a su padre y yacer
con su madre, aun a su pesar.
El
enfrentamiento entre la ley humana y la ley natural es central en la obra de
Sófocles, de la que probablemente sea cierto decir que representa la más
equilibrada formulación de los conflictos culturales de fondo a los que daba
salida la tragedia griega.
Aportes de Sófocles a la tragedia griega.
Si nos fijamos
ahora en las aportaciones de Sófocles a la técnica dramática, hay que mencionar
en primer lugar que aumentó el número de coreutas (integrantes del coro) de
doce a quince; también tenemos noticias acerca de innovaciones en la
escenografía, sin que se pueda decir exactamente en qué consistieron. Más
importante todavía fue la introducción del tercer actor, con el consiguiente
desarrollo de auténticos diálogos triangulares, de gran efecto y movimiento;
hasta entonces sólo podían aparecer dos actores hablando en escena, como
podemos ver en las primeras obras de Esquilo.
Otro cambio
sustancial fue el relativo a la estructura de las trilogías: Sófocles renunció
— con alguna excepción — a la trilogía instaurada por Esquilo (es decir, tres
tragedias que eran la una continuación argumental de la otra, formando un todo
de dimensiones grandiosas, como la Orestea) y devolvió la autonomía temática y
argumental a cada una de las obras. De esta forma, las piezas ganan mucho en
concentración dramática y en rigor constructivo, mientras por su parte el héroe
trágico, más aislado e individualizado, cobra un relieve desconocido hasta
entonces; esta innovación, por otra parte, relega a un segundo plano motivos
arcaicos como era el de la maldición que persigue a una familia a lo largo de
varias generaciones, un motivo, importante en Esquilo, que hunde sus raíces en
una concepción tribal de la existencia y que poco a poco quedó arrumbado ante
el empuje del individualismo y de los aires ilustrados del siglo y, de los que
Sófocles no pudo dejar de hacerse eco en su obra.
Respecto a las partes corales, es de notar que
su extensión experimenta una reducción considerable con res- pecto a Esquilo,
aunque no su calidad ni su importancia dramática. Así, a título ilustrativo, si
en Los Persas las partes cantadas suponen prácticamente la mitad de la obra, en
el Edipo rey ese porcentaje no llega al 25%. Mucho se ha discutido, por otra
parte, sobre la función del coro en las tragedias de Sófocles, desde quienes
ven en él un personaje (colectivo) dramático como tal, con sus propias acciones
y palabras, hasta quienes lo consideran más bien como un portavoz de las ideas
del propio autor, y en ese sentido algo hasta cierto punto exterior a la acción
dramática en cuanto tal. Pero «ni Sófocles se da todo en sus coros, ni se
esfuma totalmente de sus dramas» (J. Lasso de la Vega). Lo que está fuera de
duda es la aportación de extraordinario lirismo — también de profundo
pensamiento religioso — de las partes corales, por más que la traducción en
prosa y la pérdida de las melodías no ayuden al lector moderno a hacerse una
idea cabal de su efecto en el público ateniense contemporáneo de Sófocles, como
ya se ha comentado antes.
Respecto a la
acción dramática propiamente dicha, se ha señalado repetidamente la importancia
decisiva que tiene en Sófocles el dibujo de los caracteres (aunque hablar de
«psicología» en el sentido moderno del término parece fuera de lugar); la
elección de la trama argumental, las situaciones concretas, la música, todo
parece encaminado a poner de relieve el carácter de sus protagonistas, y
especialmente por medio del diálogo y contraste con otros personajes: Antígona
frente a Ismene, Electra frente a Crisótemis, Creonte frente a Hemón, Edipo
frente a Yocasta, Ulises frente a Neoptólemo, etc. Sobre la «ironía trágica»
hemos dicho algo en la breve introducción al Edipo rey.
Respecto a la
lengua y el estilo de Sófocles, podemos decir que es una mezcla prodigiosa de
naturalidad y dignidad literaria, un registro, sencillo en apariencia, que
parece dar siempre con la nota justa; todo ello ha hecho siempre de Sófocles la
encarnación misma del ideal clásico de equilibrio y perfección formal. Si lo
comparamos con su antecesor, Esquilo, resulta mucho menos grandilocuente y
mucho más morigerado en el uso y abuso del epíteto ornamental y del adjetivo en
general; frente a las audacias y el artificio de Eurípides, nunca baja la
guardia en lo que se refiere a la dignidad y majestad que requiere el género
trágico. Otra característica sobresaliente de su lengua literaria es la
habilidad para expresar matices y medias tintas; una especie de tono en
sordina, siempre al servicio de la situación dramática.
Edipo Rey
Edipo Rey es
una obra de Teatro escrita por Sófocles que narra la historia de Edipo, un
desventurado príncipe de Tebas, hijo de Layo y de Yocasta. Poco antes de que
Layo y Yocasta se casaran el oráculo de Delfos les advirtió de que el hijo que
tuvieran llegaría a ser asesino de su padre y esposo de su madre. Layo tuvo
miedo, y en cuanto nació Edipo, encargó a uno de sus súbditos que matara al
niño, pero dicha persona no cumplió con la orden de matar a Edipo, solo perforó
los pies del bebé y lo colgó con una correa de un árbol situado en el monte
Citerón, faltando a su lealtad al rey Layo y también por el horror que le
producía la orden que le habían dado,
Por ese lugar
pasó Forbas, un pastor de los rebaños del reyde Corintio, escuchó los grandes
lamentos y llanto del bebé y lo recogió entregándoselo para su cuidado a
Polibio. La esposa de Polibio, Peribea se mostró encantada con el bebé y lo
cuidó con cariño en su casa, dándole por nombre Edipo, que significa "el
de los pies hinchados".
Edipocreció
bajo el cuidado de Polibio y Peribea, y al llegar a los catorce años ya era muy
ágil en todos los juegos gimnásticos levantando la admiración de muchos
oficiales del ejército que veían en él a un futuro soldado. Uno de sus
compañeros de juegos, con la envidia que le producían las capacidades de Edipo
lo insultó y le dijo que no era más que un hijo adoptivo y que no tenía honra.
Ante todo lo que había escuchado y atormentado por las dudas, Edipo preguntó a
su madre si era adoptivo o no, pero Peribea, mintiendo, le dijo a Edipo que
ella era su auténtica madre. Edipo, sin embargo, no estaba contento con las
respuestas de Peribea y acudió al oráculo de Delfos, quien le pronosticó que el
mataría a su padre y se casaría con su madre, y además le aconsejó que nunca
volviese Corinto, lugar donde nació. Al oír esas palabras Edipoprometió no
volver jamás a Corinto, y emprendió camino hacia Fócida. En su viaje se
encontró a un horrible monstruo, La Esfinge. La Esfinge tenía cabeza, cara y
manos de mujer, voz de hombre, cuerpo de perro, cola de serpiente, alas de
pájaro y garras de león y desde lo alto de una colina detenía a todo aquel que
pasara junto a ella y le hacia una pregunta, y si no se la contestaban, la
Esfinge les provocaba la muerte.
Creonte el rey
de Tebas tenía una hermana llamada Yocasta. Creonte prometió dar la mano de su
hermana y el trono de Tebas a aquel que consiguiera descifrar el enigma de la
Esfinge. Dicho enigma era: ¿cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro
pies, dos al mediodía y tres en la tarde?. Edipo que deseaba la gloria más que
nada dio respuesta al misterio de la Esfinge diciendo que era el Hombre, pues
en su infancia anda sobre sus manos y sus pies, cuando crece solamente sobre
sus pies y en su vejez ayudándose de un bastón como si fuera un tercer pie. La
Esfinge, enormemente furiosa porque alguien hubiera dado la respuesta correcta
, se suicidó abriéndose la cabeza contra una roca.
Entonces Edipo
se casó con Yocasta y vivieron felices durante muchos años teniendo varios
hijos cuyos nombres son: Etéocles, Polinice, Antígona e Irmene. Un día hubo una
gran peste que arrasó a toda la región sin que tuviera remedio alguno, y el
oráculo de Delfos informó de que tal calamidad solo desaparecería cuando el
asesino de Layo fuese descubierto y echado de Tebas. Edipo animó
concienzudamente las investigaciones como buen rey que era pero éstas
descubrieron lo que realmente había ocurrido: había matado a Layo, su padre y
se había casado con Yocasta, su madre.
Según otras
versiones, el asesinato se descubrió porque Edipo le enseñó a Yocasta el
cinturón del anciano al que había matado, y que Edipo robó por su valía.
Yocasta, después de este descubrimiento se suicidó y Edipo, abrumado por la
gran tragedia, creyó no merecer más ver la luz del día y se sacó los ojos con
su espada. Sus dos hijos le expulsaron de Tebas y Edipo se fue al Ática donde
vivió de la mendicidad y como un pordiosero, durmiendo en las piedras.
Con él viajaba
Antígona que le facilitaba la tarea de encontrar alimento y le daba el cariño
que requería. Una vez, cerca de Atenas, llegaron a Colono, santuario y bosque
dedicado a las Erinias, que estaba prohibido a los profanos. Los habitantes de
la zona lo identificaron e intentaron matarlo pero las hermosas palabras de
Antígona pudieron salvar su vida. Edipopasó el resto de sus días en casa de
Teseo, quien le acogió misericordiosamente. Otra versión afirma que murió en el
propio santuario pero antes de expirar Apolo le prometió que ese lugar sería
sagrado y estaría consagrado a él y sería extremadamente provechoso para todo
el pueblo de Atenas.
Diégesis de Edipo Rey
(Orden lógico-causal)
En una época
Layo y Yocasta gobernaban la ciudad de Cadmo, era un reino muy fructífero en
todos los aspectos, sin embargo, un día por obra de los enviados del dios
Apolo, llegó a oídos de los reyes una profecía la cual se cumpliría en algún
tiempo.
Tal predicción
consistía en que el hijo de Layo se habría de convertir en su asesino y en el
esposo de su madre a la cual también le tendría que engendrar hijos. Después de
un tiempo, los reyes de los Cadmeos, tuvieron un hijo al cual Layo mandó a
matar con uno de sus siervos porque tenía miedo de que su primogénito le diera
muerte; a los tres días de nacido, el niño tenía perforados los pies por un
garfio de hierro e iba a ser arrojado desde la montaña Citerón, pero el siervo
que tenía un noble corazón, no cumplió las órdenes de su rey y llevó al niño a
otro reino cerca de Cadmo.
En Corintio,
el siervo regaló al bebé a un empleado de los reyes de dicho lugar, el cual
condujo al niño hasta el palacio real donde Pólibo y Merope (los reyes)
adoptaron a aquél inocente.
Después de
unos años, el bebé creció con el nombre de Edipo, nombre atribuido por las
heridas de sus pies; un día Edipo se encontraba en una fiesta en la cual una
persona ebria le dijo que los reyes de Corintio no eran sus verdaderos padres,
así mismo le hizo saber acerca de la profecía que estaba marcada en su destino
la cual decía que en un tiempo Edipo habría de matar a su padre y casarse con
su madre. Lleno de incertidumbre, el soberano consultó con sus padres el
comentario del borracho, pero sus padres negaron rotundamente aquel chisme.
Como Edipo
había comprobado que sus verdaderos padres eran Pólibo y Merope, salió del
reino para no cometer ninguna de las atrocidades que estaban establecidas, y un
día vagando por el cruce o intercepción de tres caminos, se encontró con una
caravana de hombres que custodiaban un carruaje, pero como el conductor lo
empujó, Edipo lo atacó y finalmente mató a todas las personas que iban ahí
menos a un siervo que logró escapar.
Luego, Edipo
llegó a Cadmo y salvó al pueblo del tributo que le daban a la esfinge y así la
población lo coronó rey y se casó con Yocasta, juntos gobernaron el reino y
tuvieron cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. Cierto día en la ciudad de
Cadmo, la población de ese lugar encabezada por los ancianos, pide ayuda a su
rey para que acabe o busque un remedio contra las enfermedades que están
azotando a todas las personas y que están matando a niños, mujeres, adultos y
ancianos. Edipo decide ayudarlos porque no le queda otro remedio ya que él es
una persona muy importante para Cadmo.
Entonces el
reymanda a su cuñado llamado Creonte a visitar al dios Apolo para que éste le
diera un consejo y así acabar con la peste de la cual sufría su patria, al
regresar a Cadmo, todavía encontró a los ancianos en reunión con el rey, por
eso dijo las instrucciones del dios frente a todos ellos. Apolo había dicho que
se acabarían los padecimientos si se resolvía un crimen que fue cometido hace
mucho tiempo y que por obra de la esfinge ya no es asunto para recordar por
ninguno de los ahí presentes; se tenía que aclarar el asesinato del rey
anterior a Edipo llamado Layo.
Después de oír
éstas palabras, el rey Edipo hizo, muchas sanciones al que fuera el culpable y
mandó a toda la población en busca de aquel asesino que mató al anterior rey.
Una acusación era el exilio otra, que nadie le abriera las puertas de su casa
y, otra más era que nadie le podía hablar ni admitirlo en sus plegarias o
sacrificios porque era todo un criminal y debía ser castigado. Todo lo que se
sabía y lo que se decía del asesinato de layo era que lo habían matado unos
bandidos.
Por otra
parte, una vez que hubo terminado la reunión de Edipo y el pueblo de Cadmo, se
apareció ante el rey un adivino llamado Tiresias el cual dijo al gran
gobernante que moderara sus palabras y acusaciones ante el asesino que aún no
conocía ya que de lo contrario le podían pasar cosas muy malas; sin embargo,
Edipo no hizo caso a éstas palabras del adivino que provocaron su enojo y
cólera, así que lleno de coraje el soberano insultó mucho a Tiresias y lo echó
de su palacio.
El pobre ciego
(adivino), también se enojó e insinuó al gran rey la culpabilidad de tal
asesinato, pero Edipo no se dejó y lo acusó de complicidad con Creonte para
quitarle la corona y quedar su cuñado como único y legítimo rey, después de
éstas últimas palabras, Tiresias se fue.
Edipo se quedó
pensando en lo que le había dicho el adivino, así que habló con Creonte, su
cuñado para aclarar el mal entendido, pero todas las explicaciones por parte de
su cuñado fueron en vano, ninguna hacía cambiar de parecer en Edipo la idea de
fraude y complicidad por parte de Creonte y el adivino.
Después, el
magnánimo rey de Cadmo, habló con su esposa Yocasta, la cual le dijo que no se
afligiera con todo lo que le habían dicho ya que era seguro que nada de lo
mencionado por el adivino podía ser verdad, y así en el gobernante cesó por un
rato su duda.
Luego de un
tiempo de hablar con su mujer, ésta le indicó que hace mucho tiempo ella estuvo
casada con Layo, el rey que yacía muerto, y que de él tuvo un hijo. Una
terrible noticia había llegado a sus oídos por parte del oráculo de Apolo, tal
profecía decía que el hijo de Layo habría de matar a su padre, casarse con su
madre y engendrarle hijos, es decir, que el hijo de Layo habría de ser su
asesino, esposo de su esposa y padre de sus hermanos.
También a Layo
en ese tiempo le había llegado tal noticia, por lo que él optó por atar al niño
de los pies, y llevarlo hacia las afueras de Cadmo para matarlo. Yocasta del
mismo modo le dijo a Edipo que el rey Layo en el momento de su muerte iba
acompañado de unos siervos, y de los cuales sólo sobrevivía uno que había sido
mandado lejos por temor a Edipo, porque en el momento que vio a Edipo, sus ojos
se llenaron de miedo y desesperación por lo que pidió un cambio de lugar de
trabajo, lejos del rey.
Posterior a esto,
Edipo hizo llamar a aquel siervo para aclarar sus dudas, pues ya sospechaba ser
el asesino de Layo. Enseguida, llegó un mensajero a palacio, el cual daría
noticia al gobernante Edipo; el enviado decía que el rey había heredado la
fortuna de su padre Pólibo que estaba muerto y que por tal motivo debía ir a su
lugar de origen para reclamar la corona y el reino de Corintio
Luego de oír
éstas palabras del mensajero, Edipo no sospechó más de su inocencia en el
asesinato, pero también recordó que un día le hicieron llegar una noticia
parecida a la que oyó Yocasta que consistía en que, en un tiempo Edipo iba a
matar a su padre y se habría de casar con su madre para tener hijos con ella,
por tal motivo recordó que se fue de su lugar de origen y en un camino se
encontró con un grupo de personas que custodiaban un carruaje, uno de los
conductores empujó al joven y éste mató a todos los que iban ahí, menos a uno
que logró escapar. Con tales reminiscencias, el rey de Cadmo, pensaba en su
inocencia y en su culpabilidad al mismo tiempo que también temía por todas las
sanciones puestas al culpable por él mismo.
Después de
ésta noticia llegó uno de los criados de palacio el cual anteriormente había
ayudado a Layo a deshacerse de aquel hijo que le iba a quitar la vida al rey.
Éste criado,
le dijo a Edipo que hace mucho tiempo de sus propias manos le hizo entrega a
una persona de las afueras de Cadmo, un niño, el cual fue crecido en una
familia buena, y eso era todo lo que sabía.
Con todas
éstas indagaciones a Edipo le llegaba a la cabeza la idea de que él era el
asesino de su padre Layo y que se había casado con su madre Yocasta para tener
hijos, inmediatamente de pensar y poner al descubierto al culpable, la buena
madre y esposa de Edipo se suicidó debido a todos lo problemas que tenía y
todas las faltas y orgías que había cometido con sus propio hijo.
Edipolleno de
culpa, se quitó la vista y mandó llamar a Creonte su cuñado, el cual iba a
castigarlo y habría de ser testigo de las profecías cumplidas, dichas por el
oráculo de Apolo. Creonte fiel servidor de Cadmo, exilió a Edipo que antes de
irse se despidió de sus hijas y pidió a su cuñado y tío que cuidara de sus
tesoros más preciados, porque él desde donde estuviera no podría hacerlo; con
esto automáticamente Creonte quedó como rey de Cadmo y Edipo se marchó.
Así fue como
Edipo, en un tiempo rey de Cadmo, mató a su padre, se casó con su madre y tuvo
hijos con ella sin saberlo y fue el más desdichado de los desdichados.
Su lectura nos
revela el sello casi indeleble que impone la fatalidad en la vida de cada ser
humano. Por ello, Edipo rey es una gran tragedia, ya que además nos manifiesta
una de las más extrañas paradojas de la vida: el hecho de que quien intenta
escapar desesperadamente de su destino no hace otra cosa que cumplirlo, aunque
sea por caminos muy inesperados.
De ahí la
excepcional actualidad y vitalidad de esta creación de Sófocles, que a nadie
deja indiferente, dada su profunda universalidad, simbolismo y significación.
http://es.slideshare.net/ElenaGallardo/edipo-rey-sfocles
Análisis
http://es.slideshare.net/_aloja/anlisis-de-edipo-rey
Oedipus and
Antigone, Antoni Brodowski, 1828
celine-kim
Oedipus at Colonus, Jean-Antoine-Théodore Giroust, 1788
Audiolibro
Edipo Rey
https://www.youtube.com/watch?v=eOeWI5ARkLY
Representación
Edipo Rey
https://www.youtube.com/watch?v=vr7-Pm-1Dlk
https://www.youtube.com/watch?v=cHD7Y8YoA_E
La peli:
https://www.youtube.com/watch?v=IR1tKhMi6rg
https://www.youtube.com/watch?v=KkVZ-WmpZo8
https://www.youtube.com/watch?v=io6fmhp5f3I
Representación
Electra
https://www.youtube.com/watch?v=ToM3T10l274
https://www.youtube.com/watch?v=U39Cms98zik
Representación
Antígona
https://www.youtube.com/watch?v=RBXrIBCb8w8
Draw his life xD
https://www.youtube.com/watch?v=OL1gxBKe1wQ
GIFS
http://giphy.com/gifs/eyes-oedipus-somethingawful-3xz2BvqmeSwKtxkBBC
The Plague of Thebes: Oedipus and Antigone (1842), Charles François
Jalabert
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